La valoración de los pacientes con trastornos alérgicos
comenzaría comprobando los antecedentes completos de alergia y realizando una
exploración física minuciosa para verificarlo, para realizar esta tarea de una manera organizada y sencilla existen también hojas de valoración de
alergias a partir de las cuales facilitan obtener información y organizarla
valorándose los síntomas y exposiciones a distintos alérgenos.
Posteriormente
para la valoración diagnóstica existen diferentes métodos como las pruebas de
sangre (Ej.: biometría hemática completa con diferencial), frotis de
secreciones (Ej.: recuento de eosinófilos), pruebas cutáneas y pruebas
radioalergosorventes, pruebas de provocación
He elegido esta valoración ya que
durante estos últimos años el número de casos de alergia está incrementando,
esto es debido a diversos factores, entre ellos el aumento de la concentración
de polen debido a las abundantes precipitaciones y humedad de este último año y
a que nuestro organismo está expuesto cada vez a menos sustancias dañinas desde
que somos pequeños y esto crea posteriormente una mayor sensibilización como
puede ocurrir por ejemplo con la alergia a los ácaros.
También
porque es una importante medida preventiva para alergias de las cuales todavía
no somos conscientes como por ejemplo picaduras, algunos tipos de árboles o
animales que posteriormente pueden
provocar graves anafilaxias. A parte del hecho de que un diagnóstico tardío
puede agravar los síntomas, sobre todo en niños con intolerancia a la lactosa,
que si no se diagnostica a tiempo luego son más propensos a sufrir trastornos
alérgicos ante otros alérgenos.
Bibliografía:
Smeltzer
SC, Bare BG. Brunner y Suddarth enfermería medicoquirúrgica. Vol 2. 10a
edición. México: Mc -Graw Hill; 2005. p. 1746-1749.
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